Llegó la hora de la locura. Tras algo más de 4 años corriendo y casi 4.000 kms. en mis piernas, llega la cita de mi primer maratón. Será en mi ciudad (como ha cambiado el panorama atlético por estos lares en estos 4 años!!!No parece la misma ciudad!!!), con el apoyo de familiares y amigos. Y acompañado por otros 5 esforzados patukos. El escenario perfecto, vamos.
La preparación creo que la he cumplido casi al 100%. Me ha faltado alguna tirada larga más, que me reforzaría mentalmente, pero las circunstancias mandan. El día previsto para ese entreno me atacó una contractura en la espalda y fue imposible.
Mi estado físico a finales de año era pésimo. A duras penas lograba correr 10 kms., siempre a ritmos muy bajos. Y me faltaba continuidad: si no era la espalda, era un corte de digestión, un catarrazo del 15 o cualquier otra movida. Pero con el nuevo año la cosa empezó a cambiar.
Todo preparado. Foto de La Voz de Galicia |
En enero llegaron las tiradas lentas de 15/17 kms. Sorprendentemente esas primeras tiradas me dieron mucha confianza. Pero el fantasma de las lesiones seguía mi ritmo sin problema. A cabesa non para. Pronto me dí cuenta de que mi verdadera meta no estaba en María Pita. Estaba en la línea de salida. Hace unos días Kike me recordaba que se lo había comentado hace meses, una tarde de fin de semana que coincidimos por el Paseo del Burgo. Si superaba la preparación, si era capaz de acumular kilómetros sin molestias, todo iría rodado. Cerré enero con casi 130 kms. Una media de unos 30 semanales, con la tirada más larga de 18 kms. y cada día más convencido de mis posibilidades.
Llegó febrero y el buen tiempo animaba a entrenar. Complementé las tiradas largas, de hasta 22 kms., con la Media do Ribeiro, en la que rodé para llegar en poco menos de 2 horas. Pero enterísimo. La rodilla seguía sin quejarse y me permitió acumular 133 kms. en el mes.
Marzo era el mes clave. Y aquí es donde me faltó la tirada larga. Lo máximo que hice fueron 26 kms., dos veces, una de ellas gracias a estirar 5 más la Vigbay. Afronté la media con ganas de forzar un poco más que en Rivadavia, y llegué bastante fino a 5:15. En total, fueron 137 kms. en el mes.
El fin de semana pasado, como previa, creo que me pasé de frenada. El sábado acudimos a la Carrera de Pascua de Padrón, de 13,3 kms. Aunque mi idea era rodar a ritmo cómodo, el amigo Miguelo me llevó al huerto. "Yo voy a ir suave, a ritmo de maratón", me dice. Y yo me lo creo, olvidando que se trata de un Deza/hoy voy contigo. En el km. 3 me fijo en el bardallómetro: vamos por debajo de 5´/km. Adios suavidad. Pero me encuentro bien, y como hace un poco de pelete, decido seguir el ritmo. Los dos últimos kilómetros corro como hace años que no hacía, con ganas y rápido, aunque algo forzado. Al final, un ritmo de 5:05 aprox.
El lunes, Paíno, Miguelo, Kike y yo decidimos probar el circuito de la carrera. Dimos una vuelta, a ritmo relajado, intentando anticipar las senciaciones que "sufriremos" en la útlma vuelta. Creo que desde ese momento los 4 fuimos conscientes de que el día D ya está aquí. Y con él , los nervios. Esta semana me parece interminable. No me llega el domingo. Hoy, último trote de 3 kms. a ritmo de maratón y después al fisio.
En total han sido 450 kms. desde enero, superados sin molestias de consideración. Mi primera victoria ya la he conseguido: el domingo estaré en la línea de salida para afrontar mi mayor reto deportivo en mis 35 años. No sé si acabaré o no la carrera, pero el fracaso ya no existe para mí. Poder disfrutar de esta experiencia en mi ciudad, acompañado del resto de Patukos y con los ánimos de galiñas, familiares y amigos no tiene precio. Sólo espero estar a la altura.
Físicamente me encuentro fuerte. Pero tengo unos cuantos puntos débiles que pueden hacerme parar antes de tiempo: las punzadas en la espalda, esa latosa rodilla,... En cuanto a la espalda, anteayer, por fin, conseguimos localizar el punto donde me da el trallazo, en la espalda. Han hecho falta 6 sesiones de fisio para encontrarlo. Espero que me respete el domingo. La última vez que me fastidió fue en la VigBay, sobre el km. 16, aunque no fue tan fuerte como en anteriores ocasiones y me permitió mantener el ritmo en los últimos kilómetros.
Las previsiones para el domingo auguran un día de perros, para hacer la carrera más dura si cabe: lluvia, viento fuerte del norte y frío. Y? Si hemos llegado hasta aquí, corriendo hasta bajo 0, sufriendo las sobrecargas de los entrenos y superando todas las dificultades, no nos va a parar un simple temporalcillo de tres al cuarto. Ni una ciclogénesis de esas.
Para finalizar el ladrillo, pasamos al apartado de agradecimientos, porque hay muchas personas sin las que no habría llegado hasta aquí:
MIL GRACIAS A...
- mis compañeros patukos, que han hecho que la preparación para esta locura no haya sido otra cosa que un camino de rosas. Da gusto correr a vuestro lado.
- las galiñas más animadas. Cuando las fuerzas flaquean, no hay nada como vuestros ánimos. Lo vuestro sí tiene mérito.
- los correlegas con los que me he cruzado en los últimos 4 años, de los que he aprendido lo poco que sé de este maravilloso deporte (no voy a poner nombres, que seguro que me olvido alguno).
- todos esos fotógrafos anónimos que me han retratado en mil carreras a lo largo de los últimos años.
- por último, Paíno, por su excelente labor de montaje de vídeos. El último (lo podéis ver en el blog de Patukos) va a ser mi última motivación antes de salir de casa el domingo. Después de verlo, no tendré ninguna duda de que completaré los 42.195 metros.
Va por vosotros.
Suerte, salud y kilómetros!!!!!